“Lennox entra con valentía en un terreno donde muchos no se atreven a pasar. Y un debate integral sobre la libertad es un ‘argumento por la causa de los cielos’ que ningún cristiano debería evitar, puesto que carga consigo todo el peso de nuestra visión del carácter de Dios, la dignidad humana, la responsabilidad moral y, por lo tanto, de nuestra misión y testimonio público. Elegante, paciente, tenaz, bíblicamente persistente y huyendo de una discusión basada en etiquetas, Lennox es un ejemplo de cómo manejar temas que, aunque nos puedan dividir, son sumamente importantes. Nos toca a nosotros leer, estudiar, pensar, orar y decidir por nosotros mismo. El corazón, el rostro y la voz de nuestra fe están en juego, pendientes de las respuestas que demos”.
Os Guinness
Autor de Gente imposible
“El profesor Lennox plantea serias preguntas bíblicas, teológicas y filosóficas sobre el determinismo teológico (la creencia de que Dios ha predestinado y decretado todo lo que ocurre, incluyendo quién será salvo y quién no). Quienquiera que tenga curiosidad sobre este tema debería leer ¿Predeterminados a creer?”.
Roger E. Olson
Profesor Foy Valentine de Teología Cristiana y Ética,
Seminario Teológico George W. Truett, Universidad de Baylor
“John Lennox ofrece con gracia, humildad, sabiduría y valentía una
guía legible y bíblicamente informada que aborda cuestiones impor-
tantes sobre libertad y fatalismo, salvación y soberanía, fe y predes-tinación, regeneración y reprobación. Este libro servirá de ayuda para quienes sientan perplejidad ante (y se sientan presionados a aceptar) un sistema teológico que les pueda parecer chocante por socavar la responsabilidad moral genuina y poner en duda la seguridad de la salvación”.
Paul Copan
Profesor de la Cátedra Familia Pledger de Filosofía y Ética, Universidad Atlántica de Palm Beach, y autor de An Introduction to Biblical Ethics [Una introducción a la ética bíblica] y A Little Book for New Philosophers [Un librito para nuevos filósofos]
“John Lennox es ampliamente conocido por ser uno de los inte-lectuales cristianos más importantes de nuestro tiempo. También es adecuadamente admirado por su extraordinaria habilidad para abordar los temas más básicos de una discusión y escribir sobre ellos con una sencilla claridad que, aun así, no pierde ni un ápice de profundidad ni se deja nada fuera del tintero. Y, como era de esperar, ¿Predeterminados a creer? es un modelo de dichas virtudes. Esta obra no es el habitual refrito de los viejos debates entre el calvinismo y el arminianismo, la soberanía de Dios frente al libre albedrío y la responsabilidad moral, etc. De hecho, la verdadera genialidad del libro se encuentra en la insistencia de Lennox de dejar de lado las antiguas etiquetas e intentar acercarse con nuevos ojos a los temas relacionados con la aceptación o no aceptación del determinismo teológico. Como resultado, tenemos ante nosotros un tesoro escondido de exégesis clara y fácilmente comprensible, útiles definiciones de términos clave como ‘presciencia’ o ‘predestinar’, y una cobertura del determinismo teológico en todo lo relacionado con la condición humana, la nación de Israel y el endurecimiento del corazón de faraón, y la seguridad con la que un creyente puede reclamar legítimamente su propia salvación. Recomiendo encarecidamente esta útil y estimulante obra”.
J. P. Moreland
Profesor distinguido de Filosofía, Talbot School of Theology, Biola University, La Mirada, California, USA
“John Lennox, una de las mentes evangélicas más lúcidas de hoy, obsequia al lector con una postura bien argumentada en el contro-vertido debate que divide a los evangélicos contemporáneos. Bíblico en cuanto a su contenido, filosófico en cuanto al razonamiento, comprehensivo en cuanto a su alcance y conciliador en cuanto al tono, libera al debate de gran parte de la retórica partisana que se suele encontrar en las obras que abordan el mismo tema. Por último, es un libro que evita el enfoque ‘texto como pretexto’, emplazando la discusión en el contexto de toda la narrativa judeocristiana y elabo-rándola con integridad exegética y rigor intelectual. Leer este libro es como disfrutar de una estimulante conversación con un buen amigo”.
Bruce Little
Catedrático de Filosofía, Seminario Teológico Bautista del Sudeste
Índice
Agradecimientos
Prólogo
De qué trata este libro
PARTE 1 - EL PROBLEMA DEFINIDO
01 - La naturaleza y limitaciones de la libertad
02 - Diferentes tipos de determinismo
03 - Reacciones al determinismo: el problema moral
04 - Armas de distracción masiva
PARTE 2 - LA TEOLOGÍA DEL DETERMINISMO
05 - La soberanía de Dios y la responsabilidad humana
06 - El vocabulario bíblico
PARTE 3 - EL EVANGELIO Y EL DETERMINISMO
07 - La capacidad humana y sus límites
08 - La condición humana: diagnóstico y remedio
09 - Atraídos por el Padre y viniendo a Cristo
10 - La irreversibilidad de la regeneración
11 - El evangelio y la responsabilidad moral humana
PARTE 4 - ISRAEL Y EL DETERMINISMO
12 - Israel y los gentiles
13 - ¿Por qué no cree Israel?
14 - El endurecimiento del corazón del faraón
15 - ¿Es Israel responsable?
16 - ¿Israel tiene un futuro?
PARTE 5 - GARANTÍA Y DETERMINISMO
17 - La garantía cristiana
18 - ¿Perseverará la fe en Dios?
19 - Advertencia en Hebreos
20 - Garantía en Hebreos
Epílogo
Cuestiones para reflexionar o debatir
Otros libros del autor
Agradecimientos
Me siento profundamente en deuda con muchos amigos por sus comentarios sobre el contenido de este libro, la mayoría de los cuales han sido tenidos en cuenta. Me gustaría dar las gracias en particular a Chris Clarke, Tim Costello, David Cranston, Paul Ewart, David Glass, Max Baker Hytch, Tom McCall, Pablo Martínez Vila y a mi siempre tan útil asistente de investigación Simon Wenham. Le estoy también agradecido a mi editorial, Lion Hudson, por su apoyo constante y por aportarme (una vez más) un verdaderamente excepcional asesor editorial en la persona de Richard Herkes.
Prólogo
El matemático e historiador de la filosofía del siglo XIX Augustus de Morgan lanzó una vez una advertencia contra el científico que se atrevía a aventurarse en el terreno de la metafísica: “Cuando pretenda echarse un vistazo en lo más profundo de la garganta llevando una vela en la mano”, dijo, “que tenga cuidado de no prenderse fuego a la cabeza”.
El filósofo Thomas Nagel escribió en The View from Nowhere [La vista desde ninguna parte]: “Yo cambio de opinión sobre el tema del libre albedrio cada vez que escribo sobre ello…”.
El apóstol Pablo dijo:
De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren.
Hechos 17:26-27
Uno de los encuentros más conocidos entre el cristianismo y la filosofía tuvo lugar en la antigua Atenas cuando invitaron al apóstol Pablo a hablarles a los filósofos en el Areópago. El historiador Lucas nos cuenta que Pablo estaba debatiendo sobre la fe cristiana con una multitud en el ágora, la plaza pública, cuando se le acercaron representantes de dos de las principales escuelas filosóficas, los estoicos y los epicúreos. Las enseñanzas de Pablo tenían a estos filósofos un poco confundidos y querían saber más, así que le ofrecieron a Pablo la oportunidad de dirigirse a ellos en el contexto oficial del Areópago.
A los filósofos griegos les interesaba la naturaleza de la realidad última y la relación de los seres humanos con lo que sea que fuere esa realidad última. Los estoicos, cuya filosofía era más popular entre la élite intelectual, habían llegado a la conclusión de que existía un principio racional, una razón universal o logos que gober-naba el universo por medio de un destino inexorable, y que lo mejor que el ser humano podía hacer era cooperar con ese destino. Los epicúreos, por otro lado, eran materialistas que creían que los dioses (que estaban hechos de átomos como todo lo demás) eran unos seres distantes a los que no les interesaba lo más mínimo el mundo. Lo mejor que el ser humano podía hacer era buscar la ataraxia, la serenidad. El pensamiento humano era, en su opinión y como todo lo demás, un proceso arbitrario, analizado últimamente como nada más que el viraje aleatorio de los átomos en la vacuidad del espacio vacío.
Es fácil reconocer la silueta de las dos ideas principales que han ocupado la mente humana a lo largo de siglos y que siguen siendo tan fascinantes como al principio: necesidad y azar, lo legislativo y lo arbitrario, lo determinado y lo libre. El Creador Dios, si es que lo hay, soberano; sus criaturas humanas, libres y responsables.
La batalla (y es una batalla) para entender estas cuestiones está librándose en este momento desde dos frentes. El primero es el intento ateo de eliminar el libre albedrío y, con ello e inevitable-mente, cualquier concepto de moralidad absoluta. Esta arremetida atea cuenta entre sus filas con la poderosa autoridad de las ciencias naturales (especialmente la neurociencia). Por otro lado, en el frente cristiano, la difusión de la teología determinista suscita numerosos interrogantes entre los cristianos. Obviamente, y aunque yo tuviera la capacidad de hacerlo, un solo librito sería completamente inadecuado para tratar ambos frentes. Por eso he decidido concentrarme en las preguntas que la teología determinista me provoca a mí y a mis compañeros cristianos.
No obstante, he creído conveniente analizar primero el libre albedrío y el determinismo desde el punto de vista de nuestra experiencia humana y desde una perspectiva filosófica, para fijar así la discusión en un espacio más amplio que la teología cristiana. Soy consciente de que el lector cristiano puede plantear una objeción de principios ante semejante procedimiento, señalando que corremos el peligro de acabar enmarcando a Dios en nuestra propia imagen, basada en nuestras convicciones sobre la naturaleza de la libertad humana. Acepto la advertencia, pero ser consciente del peligro disminuye el riesgo; y espero que mi elección demuestre su utilidad, al menos ampliando la comprensión de lo que estos temas significan para quienes no comparten necesariamente la cosmovisión cristiana.
De qué trata este libro
Este libro ha sido escrito inicialmente para cristianos interesados o preocupados por temas relacionados con la soberanía de Dios y la libertad y responsabilidad humanas. Una de las principales razones que me ha persuadido a escribir esta obra han sido todos aquellos que (quizás demasiado generosamente) han manifestado que mis comentarios sobre estos temas en conferencias y conversaciones les han resultado útiles para abordar las Escrituras por ellos mismos. Es en ese espíritu en el que escribo. No pretendo ni por un instante haber aportado soluciones definitivas a estas difíciles cuestiones. De hecho, me siento inclinado a pensar que nuestra propia finitud nos impone una cierta limitación, lo cual significa que, al final, incluso con nuestros mejores esfuerzos para entender las Escrituras, seguirán existiendo profundos misterios y problemas irresolutos. Por lo tanto, deberíamos tratar estos temas con humildad y reverencia. Lo que me anima en esta sobrecogedora tarea, sin embargo, es que las Escrituras hablan de estos temas y, por lo tanto, es de nuestra incumbencia (es, de hecho, parte de nuestra alabanza) intentar entender lo que Dios nos ha revelado, mientras dependemos totalmente del Espíritu de verdad.
El libro se divide en cinco partes, tal y como sigue:
Parte 1: El problema definido
1. La naturaleza y limitaciones de la libertad
Antes que nada, consideraremos el concepto de libertad, lo que generalmente se entiende por él y en qué medida creemos que la tenemos. Distinguiremos entre la libertad de la espontaneidad y la libertad de la indiferencia. A continuación, exploraremos la conexión entre libertad y moralidad, y entre libre albedrío y amor. Reflexionaremos acerca de la tan a menudo repetida afirmación atea de que la religión destruye la libertad humana, y argumentaremos que, en tanto en cuanto concierne al cristianismo, la verdadera libertad forma parte de su mensaje central.
2. Diferentes tipos de determinismo
Ofreceremos muestras de diversas formas de determinismo y presentaremos ejemplos de conocidos pensadores ateos que apoyan el determinismo físico: la idea de que todo está predeterminado esencialmente por la física y la química, así que como de otros contrarios a esa corriente. Presentaremos también las opiniones de algunos influentes neurocientíficos.
Trataremos después el determinismo teísta o teológico: la idea de que todo ha sido predeterminado por Dios. Nuestro punto de partida será, obviamente, la enseñanza bíblica sobre los orígenes y en particular la manera en la que se define a los seres humanos como seres morales dotados por Dios (o deberíamos decir, soberanamente dotados por Dios) de una cierta libertad: comer o no de un árbol específico. Citaremos a Alvin Plantinga sobre la diferencia que hay entre que Dios haya creado criaturas libres y que las acciones de dichas criaturas hayan sido causadas por él. Continuaremos con varios ejemplos de determinismo teológico, afirmando que el problema para los cristianos no es si el determinismo enseña la soberanía de Dios (que lo hace como una de sus doctrinas funda-mentales), sino lo que de verdad significa la soberanía de Dios tal y como se revela en las Escrituras.
3. Reacciones al determinismo: el problema moral
Continuaremos con nuestro análisis del problema moral que asedia al determinismo, visto por diferentes autores. Seguiremos ofreciendo el contexto histórico de la tensión entre los seguidores de Calvino y los de Arminio, que desembocó en el Sínodo de Dort y el famoso acrónimo TULIP, que resume algunos de los principales problemas que se trataron.
4. Armas de distracción masiva
A partir de este punto, el libro se centra en las enseñanzas bíblicas, y el lector que desee saltarse los preliminares puede empezar a profundizar aquí directamente, aunque, en mi opinión, muchos de los preliminares son importantes como contexto general.
En este capítulo se discute la actitud bíblica sobre una cuestión de metodología: el peligro, demasiado común, de tratar profundos temas teológicos colocándole sin más una etiqueta a cada uno de los representantes de las distintas posturas en juego y, una vez etiquetados, comenzar una interminable discusión que pretenda aclarar lo que esas etiquetas significan. La experiencia demuestra que esta actitud tiende a pasar por alto la importante tarea de ponerse manos a la obra para averiguar lo que las Escrituras exponen de verdad sobre estos temas fundamentales. Estudiaremos lo que Pablo tiene que decir en 1 Corintios sobre esa tendencia a etiquetar, y descubriremos que nos señala sin ambages que no es una buena manera de proceder, ¡aunque las etiquetas contengan los nombres de los mismos profetas!
Esto me llevará a añadir algo más sobre mi motivación para escribir este libro.
Parte 2: La teología del determinismo
5. La soberanía de Dios y la responsabilidad humana
Introduciremos algunas de las enseñanzas bíblicas sobre este tema y comentaremos el espectro de opiniones teológicas al respecto.
6. El vocabulario bíblico
Ofreceremos un breve resumen de los principales conceptos bíblicos empleados en relación con nuestro tema: presciencia, predestinación y elección, demostrando que cubren un rango de significado más amplio del que se asume a veces.
Parte 3: El evangelio y el determinismo
7. La capacidad humana y sus límites
Una de las glorias del evangelio es que su mensaje de salvación es el mensaje de la gracia de Dios. Lo que los humanos ni se merecen ni se pueden ganar, Dios lo ofrece como regalo gratuito a quienes ponen su fe en Cristo como Salvador y Señor, lo cual suscita muchas preguntas: ¿Cuál es el estatus de semejante fe? ¿Se trata de una respuesta a Dios de la cual los seres humanos son capaces, o su pecado los convierte en absolutamente incapaces de responder? Quienes optan por la segunda opinión, presentan tres argumentos que son fundamentales para el debate.
Argumento 1. Si los seres humanos fueran capaces de confiar en Dios, estarían contribuyendo a su salvación y, por lo tanto, ganándosela. La salvación dejaría de ser por gracia y la gloria de Dios se vería, por lo tanto, mermada. Se afirma que la única manera de resolver este problema es mantener que hasta la misma fe es un don de Dios, que él distribuye de acuerdo a su soberana voluntad, completamente independiente de cualquier actitud, deseo o comportamiento de aquellos a quienes él elige para salvarlos. Esta opinión se conoce como “elección incondicional”.
Argumento 2. Los seres humanos son incapaces de creer porque están muertos en… delitos y pecados (Efesios 2:1) como resultado del pecado que Adán introdujo en el mundo. Esta opinión se suele llamar “depravación total” del hombre, aunque esta frase no aparezca en las Escrituras. Igual que las criaturas muertas no pueden responder a ningún estímulo, por su constitución, hombres y mujeres son incapaces de responder a Dios. Para poder ser capaces de responder deben recibir nueva vida (es decir, deben nacer de nuevo, Juan 3:3). Solo entonces podrán responder con la fe que Dios les ha dado. Sin ninguna acción por su parte (puesto que están muertos y, por lo tanto, no pueden actuar), Dios regenera a aquellos a quienes él ha elegido por medio de su Espíritu; entonces, y solo entonces, tendrán la capacidad de creer en Cristo.
Argumento 3. Aunque los seres humanos sean incapaces de creer en Dios, debido a la razón dada en el Argumento 2, el que no crean es, sin embargo, culpa de ellos. Por lo tanto, Dios puede condenarlos justamente, lo cual se relaciona con su conexión con Adán, que trajo el pecado al mundo: cuando él pecó, ellos pecaron.
En este capítulo analizaremos estos argumentos a la luz de la enseñanza bíblica sobre la fe y la regeneración.
8. La condición humana: diagnóstico y remedio
Nos centraremos en la doctrina bíblica de la justificación por medio de la fe, que se encuentra en el corazón del evangelio. Esto nos llevará a un análisis de lo que significa estar muerto en delitos y pecados, basándonos en la enseñanza bíblica sobre la entrada del pecado en el mundo.
9. Atraídos por el Padre y viniendo a Cristo
El Evangelio de Juan tiene mucho que decir sobre la iniciativa de Dios en la salvación. Por ejemplo, Jesús dice que todos los que el Padre me da vendrán a mí… Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió (Juan 6:37, 44). En este capítulo ofreceremos una exposición detallada de estas declaraciones en su contexto, preguntándonos si pueden leerse o no como evidencia del determinismo teísta.
10. La irreversibilidad de la regeneración
Comenzaremos refiriéndonos al Argumento 2 y a la enseñanza bíblica sobre la regeneración y su relación con la fe en Cristo. Discutiremos los pros y contras de la extendida opinión según la cual, debido a la incapacidad humana, la regeneración debe preceder a la salvación. Continuaremos analizando el Argumento 3 en lo que respecta a la naturaleza del pecado de Adán y sus consecuencias.
11. El evangelio y la responsabilidad moral humana
En este capítulo examinaremos una gran sección del Evangelio de Juan, capítulos 7-10, que nos ofrecen distintos aspectos de la manera en la que Jesús comunicó su mensaje al mundo. Observaremos que trataba a sus oidores como si fueran moralmente responsables de lo que decidían hacer con lo que escuchaban, y consideraremos su afirmación, pero vosotros no creéis porque no sois de mi rebaño (Juan 10:26), y qué sentido determinista tiene (si es que tiene alguno).
Parte 4: Israel y el determinismo
Dedicaremos los siguientes cinco capítulos a estudiar detenida-mente esa gran sección de la carta a los Romanos que son los capítulos 9 a 11, en los que Pablo considera el estatus de la nación de Israel ante Dios. La razón por la que lo haremos es porque la descripción de Dios tratando con el faraón en Romanos 9 se suele considerar el principal pilar que sostiene al determinismo teológico, por lo que nos gustaría estudiarlo en su contexto más amplio en Romanos.
Los capítulos serán los siguientes:
12. Israel y los gentiles
13. ¿Por qué no cree Israel?
14. El endurecimiento del corazón del faraón
15. ¿Es Israel responsable?
16. ¿Israel tiene un futuro?
Parte 5: Garantía y determinismo
Los siguientes cuatro capítulos abordan el tema de la garantía cristiana de la salvación, analizando dos conjuntos de cuestiones: en primer lugar, aquellas planteadas por el determinismo teológico, donde los elegidos están seguros de su salvación, pero resulta problemático saber si uno ha sido de verdad elegido o no; y, en segundo lugar, las planteadas por la doctrina que enseña que es posible que un creyente auténtico pierda su salvación y al final perezca.
17. La garantía cristiana
18. ¿Perseverará la fe en Dios?
19. Advertencia en Hebreos
20. Garantía en Hebreos
PARTE 1
EL PROBLEMA DEFINIDO